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gerardocabrejo-humor

Las Obligaciones

Lancelot, Merlín y el Rey Arturo

Lancelot era un alto funcionario de la corte del Rey Arturo.

Hacía ya algún tiempo, él albergaba el deseo de disfrutar los voluptuosos pechos de la reina hasta extasiarse.

Un día le reveló su deseo secreto a Merlín, el consejero del rey, y le pidió que lo ayudara.

Después de pensarlo bien, Merlín estuvo de acuerdo en ayudarlo, a cambio de mil monedas de oro.

Lancelot aceptó el precio.

Al día siguiente, Merlín preparó un líquido que causaba comezón y lo derramó en el brassiere de la reina, aprovechando el baño de la soberana.

Poco después empezó la comezón en sus pechos, aumentando en intensidad a medida que pasaban las horas, poniendo al rey muy preocupado.

Enseguida llamaron a Merlín para solicitar su opinión sobre el caso, a lo que él contestó que solamente una saliva muy especial, aplicada por un período de cuatro horas, curaría el mal.

Merlín también dijo que afortunadamente esa saliva podría ser encontrada en la boca de Lancelot.

El rey Arturo mandó a llamar a Lancelot inmediatamente, quien, por las siguientes cuatro horas, chupó salvajemente los pechos de la reina

Lamiendo, mordiendo, apretando y acariciando los pechos de su alteza

Lancelot hizo su sueño realidad. Satisfecho, se encontró horas más tarde con Merlín.

Como la misión de éste ya estaba cumplida y su libido satisfecha, él se negó a pagar las mil monedas de oro acordadas con Merlín, el consejero consejero real.

Lo hizo porque Lancelot sabía que, naturalmente, Merlín nunca podría contar al rey la verdad. Pero.... había subestimado a Merlín.

Al día siguiente, Merlín, para vengarse, colocó el mismo líquido en los calzoncillos del rey, quien inmediatamente mandó llamar a Lancelot para que soluciones el problema

Moraleja: Nunca subestimes a nadie y claro...siempre paga tus deudas

Dale Campeón

Una adolescente de quince años va donde su mamá y le dice que desde hace un par de meses no le viene la regla.

Preocupadísima, la mamá compra en la farmacia un "kit" del embarazo y el resultado de la prueba es que la hija estaba embarazada.

Gritos, imprecaciones, lamentos, lágrimas, "quién ha sido el cerdo, quiero saberlo, ahora tu misma se lo dices a tu padre", etc, etc.

La hija, una vez a solas, toma el teléfono y hace una llamada. Media hora después se detiene ante la casa un Ferrari Testarosa ultimo modelo, del que sale un tipo maduro pero distinguido, de pelo entrecano, vestido impecablemente con un elegante traje Gucci, una pesada cadena de oro en el cuello y un Rolex de platino en la muñeca derecha. Toma asiento en el salón ante el padre, la madre y la hija y dice:

"Buenos días, vuestra hija me ha informado del problema. Debo informarles que yo no puedo casarme con ella porque tengo otra situación familiar, sin embargo no deben preocuparse por nada pues yo me haré cargo. He dispuesto con mis abogados que si nace una niña le puedo legar 3 tiendas en el Jockey Plaza, un penthouse frente al Golf de San Isidro, una casa de playa en Asia y una cuenta de US$500,000.

Si nace un niño el legado será un par de fábricas, además de los US$500,000. Si son gemelos, entregaré una fábrica y US$ 250,000 por cabeza. Pero si se perdiera el feto......" En este punto el padre, que había permanecido callado todo el tiempo, se levanta, le apoya una mano en el hombro y sonriendo le dice:

"¡Te la tiras de nuevo campeón.......!"

Anónimo recibido por Internet