Lancelot, Merlín y el Rey Arturo
Lancelot era un alto funcionario de la corte del Rey Arturo.
Hacía ya algún tiempo, él albergaba el deseo de disfrutar los voluptuosos pechos de la reina hasta extasiarse.
Un día le reveló su deseo secreto a Merlín, el consejero del rey, y le pidió que lo ayudara.
Después de pensarlo bien, Merlín estuvo de acuerdo en ayudarlo, a cambio de mil monedas de oro.
Lancelot aceptó el precio.
Al día siguiente, Merlín preparó un líquido que causaba comezón y lo derramó en el brassiere de la reina, aprovechando el baño de la soberana.
Poco después empezó la comezón en sus pechos, aumentando en intensidad a medida que pasaban las horas, poniendo al rey muy preocupado.
Enseguida llamaron a Merlín para solicitar su opinión sobre el caso, a lo que él contestó que solamente una saliva muy especial, aplicada por un período de cuatro horas, curaría el mal.
Merlín también dijo que afortunadamente esa saliva podría ser encontrada en la boca de Lancelot.
El rey Arturo mandó a llamar a Lancelot inmediatamente, quien, por las siguientes cuatro horas, chupó salvajemente los pechos de la reina
Lamiendo, mordiendo, apretando y acariciando los pechos de su alteza
Lancelot hizo su sueño realidad. Satisfecho, se encontró horas más tarde con Merlín.
Como la misión de éste ya estaba cumplida y su libido satisfecha, él se negó a pagar las mil monedas de oro acordadas con Merlín, el consejero consejero real.
Lo hizo porque Lancelot sabía que, naturalmente, Merlín nunca podría contar al rey la verdad. Pero.... había subestimado a Merlín.
Al día siguiente, Merlín, para vengarse, colocó el mismo líquido en los calzoncillos del rey, quien inmediatamente mandó llamar a Lancelot para que soluciones el problema
Moraleja: Nunca subestimes a nadie y claro...siempre paga tus deudas
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elida2007 -
pepe huertos -